Sabemos que el hecho de que sea mal de muchos no consuela, pero al menos ayuda a que se hable de ello y se busquen soluciones. El denominado “síndrome vacacional” puede traducirse en apatía, cansancio, falta de energía, dificultad para concentrarse, trastornos del sueño, nerviosismo, estrés e incluso tristeza.