La idea de superar un reto, la expectativa de ser aceptado por los demás o la posibilidad de emular la "valentía" de alguien famoso, sumado al hecho de que todo ello ocurra en un entorno público, constituyen el caldo de cultivo ideal para que los más jóvenes se lancen "con los ojos cerrados" a los retos virales que circulan por las redes sociales.