Si nombramos al gran Sheldon Cooper de la serie The Big Bang Theory, puede que lo identifiques, pero lo primero que advierten los expertos es que no todas las personas reciben un diagnóstico. Las personas con Asperger suelen tener una inteligencia media o superior a la media, pero a menudo tienen ciertas dificultades en las relaciones sociales. De modo que es ahí donde se centran los expertos, al considerarlo un desafío y no un problema. ¿En qué señales tenemos que fijarnos para detectarlo?
Suelen manifestar cierta torpeza social. Pueden parecer socialmente incómodos, hablar mucho de sí mismos y tener dificultades para entender chistes o el sarcasmo. Tampoco les resulta fácil hacer amigos fuera de su círculo más cercano y uno de los síntomas que más se puede reconocer es comprobar cómo evitan el contacto visual con los demás.
Suelen tener intereses muy fuertes en ámbitos muy concretos (lectura, videojuegos, animales…), les angustia si su rutina se ve alterada y poseen una gran capacidad de concentración que muchas veces va unida al éxito profesional.
Por último, algunas personas pueden padecer problemas sensoriales. Por ejemplo, ante ruidos, olores o luces brillantes, así como un mal equilibrio, cierta torpeza y, en determinadas ocasiones, una exigencia extrema con la comida.
Y ahora que hemos detectado los síntomas, ¿qué podemos hacer? Ser tratados por un profesional de la salud mental. Ellos son quienes ofrecen recursos y técnicas para poder adquirir habilidades sociales y convivir del mejor modo posible.