Caminar no es aburrido, y nunca lo ha sido. Puede que estemos atrapados en una rutina, yendo siempre por la misma ruta, a la misma hora del día, con la misma compañía. Pero hay cientos de maneras de caminar y cientos de motivos para hacerlo.
Caminar no es simplemente contar pasos o hacer “ejercicio”. Cierto es que tener una buena salud física y mental es una consecuencia bienvenida. Las alegrías que nos reporta caminar son infinitamente mejores que contar pasos. La autora nos invita a tomárnoslo como si fuera una manera de descubrir pueblos y ciudades, de conectar con la naturaleza, de estrechar lazos con nuestros perros, de fomentar nuestras amistades, de encontrar libertad, de satisfacer las ansias de luz de estrellas y oscuridad, de ayudarnos a apreciar el mundo exquisitamente complicado y hermoso que habitamos.
52 maneras de caminar revela el secreto mejor guardado para alcanzar una salud óptima, para sentirse más feliz, más creativo, para dormir bien, mejorar la postura y afilar la memoria: un buen paseo todos los días. Una guía para disfrutar al máximo de la vida, paso a paso.
Ella nos propone un reto cada semana que van desde caminar con frío a seguir un río, pasando por realizar paseos para recordar, con un perro, en solitario, bajo la lluvia... o trabajando.
La autora se hace eco de estudios que ofrecen datos sobre los beneficios para nuestra salud. Según ellos, caminar con regularidad ayuda a millones de personas a prevenir enfermedades cardíacas, a reducir la presión arterial, a bajar de peso, a contrarrestar la depresión y la ansiedad y mucho más.
Porque resulta que cuando nos movemos, se producen cientos de intrincados cambios en el interior del cuerpo. Cuando caminamos, el oxígeno fluye por todo nuestro cuerpo y tiene un efecto en los órganos vitales, la memoria, la creatividad, el humor y la capacidad de pensar.
¿Te animas a dar un paseo?