El corresponsal.
DAVID JIMÉNEZ
El joven periodista Miguel Bravo anhela una vida de aventuras cuando le llega su gran oportunidad: es enviado a Birmania para cubrir la Revuelta Azafrán, liderada por monjes budistas.
En medio de un país en convulsión, Bravo se sumerge en la fascinante vida de un grupo de corresponsales internacionales. Sus rivalidades, miedos, sueños, luces y sombras son llevados al extremo cuando la dictadura reprime las protestas y confina a los reporteros en su hotel.
La amistad de Bravo con Daniel Vinton, un mítico periodista que muestra las heridas de batallas pasadas, y su amor por la enigmática traductora Nann Lay serán el preludio de la tragedia que enfrentará al recién llegado a su prueba de fuego.
Inspirada en hechos reales, El corresponsal nos lleva hasta el país «más bello y triste jamás inventado» y descubre el mundo íntimo de los reporteros de guerra. ¿Pueden el amor, la amistad y la verdad abrirse paso entre las tinieblas de la condición humana?
Pondrá su vida en riesgo por amor a la verdad.
Feria.
ANA IRIS SIMÓN
Ana Iris creció escuchando a sus abuelos el relato de dos mundos que se desvanecen. Unos, feriantes, quejándose de que cada vez tenían más trampas y menos perras, porque a medida que la vida se convertía en una feria —la de las vanidades—, la auténtica feria dejaba de tener sentido. Los otros abuelos, campesinos, le transmitieron el arraigo mágico de la tierra. Y fue ese abuelo el que la llevó un día a un almendro y le dijo que lo había plantado él, así que para ella era su sombra.
Feria es una oda salvaje a una España que ya no existe, que ya no es. La que cabía en la foto que llevaba su abuelo en la cartera con un gitano a un lado y al otro un Guardia Civil. Un relato deslenguado y directo de un tiempo no tan lejano en el que importaba más que los niños disfrutaran tirando petardos que el susto que se llevasen los perros. También es una advertencia de que la infancia rural, además de respirar aire puro, es conocer la ubicación del puticlub y reírse con el tonto del pueblo. Un repaso a las grietas de la modernidad y una invitación a volver a mirar lo sagrado del mundo: la tradición, la estirpe, el habla, el territorio. Y a no olvidar que lo único que nos sostiene es, al fin, la memoria.
Adiós, Señor Chips.
JAMES HILTON
El viejo señor Chipping ha sido el profesor de griego y latín en la escuela de secundaria Brookfield desde tiempos inmemoriales. Nadie recuerda cuándo llegó, ni cómo era de joven, ni si alguna vez se casó, pero su sentido del humor, su talante convencional, su característica forma de hablar y las anécdotas que ha protagonizado lo han convertido en un emblema de la institución y en una figura muy querida por alumnos, exalumnos y profesores. Esta es la historia de su vida.
Desde su publicación en 1934, Adiós, señor Chips ha emocionado a generaciones de lectores y se ha convertido en un clásico literario sobre la vida académica y el amor por la enseñanza. Con una sensibilidad y una sutileza excepcionales, Hilton creó en esta pequeña gran historia un personaje entrañable, cautivador y absolutamente inolvidable.